Nos expuso con el entusiasmo y la vivencia tan características en este sacerdote, que tuvo la dicha de conocerlo y tratarlo mientras vivía entre nosotros este “Santo”, enamorado del Divino Sacramento del Altar. Nos explicó una breve semblanza histórica de la biografía de este casi paisano nuestro, pero deteniéndose en la época en la que tuvo este servicio a Cristo y a la Iglesia en tiempos tan críticos. Nos habló de la adoración eucarística de Lolo, aún en las circunstancias tan adversas cómo fue la celebración de aquel Jueves Santo detenido en el calabozo de su ciudad natal por tal motivo, y cómo buscó con la complicidad de su hermana Luci para que el Santísimo entrara en la celda, camuflado en un ramo de flores. Manolo Lozano hizo un altar que le sirvió para hacer una adoración a Jesús. Y el Maestro quiso volver a entrar en el calabozo este nuevo Jueves Santo; pero en esta ocasión fue por amor –como la primera vez- pero ahora y en concreto, por amor hacia Lolo.
Tuvo D. Rafael la felicísima idea de traernos con todo el cariño del mundo, y con toda la carga emotiva que los objetos poseen, las cajitas de “pastillas Juanolas” que sirvieron de porta-viáticos a Lolo. Así como también el crucifijo que sujetó en sus manos, justo hasta el momento de entregar su espíritu.
D. Rafael vino acompañado de un joven, y muy amable Sergio, que lo “transporta” y acompaña en su misión de extender el conocimiento de este Beato de Linares, que quiera Dios consiga pronto, ser Santo para toda la Iglesia universal.
D. Rafael al dar por finalizada nuestra familiar reunión, y mientras Sergio iba a recoger el coche, me confesó que se le ensancha el corazón cuando está con los fieles de nuestra ciudad, y como sale entusiasmado de cómo se vive la fe en la devota Tosiria.
Mucho ánimo, D. Rafael, y a ti, Sergio, pues esta obra está encaminada a la Canonización de Manuel Lozano Garrido, para bien de la Iglesia, y concretamente de la Iglesia que sufre, que es donde Cristo sigue inmolándose por toda la humanidad.
¡Un abrazo para los dos, y que Dios os bendiga!
Vosotros, como el joven Tobias, también lleváis a todos los necesitados la “Medicina de Dios”.
Manuel Juan Illana Párraga.
Ministro Extraordinario de la Comunión.